Durante el embarazo y la etapa de recuperación posparto, no se tiene por qué renunciar a hacer ejercicio. Es un error común pensar que una vez nos quedamos embarazadas ya no podemos seguir haciendo deporte, salvo por ejemplo natación. Pero lo que sí se debe hacer es adaptarlo a las mencionadas etapas en la vida de una mujer.
Un tipo de gimnasia o ejercicio muy recomendado durante el embarazo y posparto es el entrenamiento de suelo pélvico y abdomen. Se trabaja la musculatura del suelo pélvico y del abdomen y así además de prevenir su debilitamiento, se consigue su recuperación funcional.
Para realizar este tipo de ejercicios es conveniente ponerse en manos de profesionales especializados, ya sean fisioterapeutas o entrenadores personales. Bien es cierto que se trata de ejercicios que se pueden realizar desde casa, ya que no se necesita poseer aparatos precisos de alto coste. No obstante, si se realizan de forma errónea pueden aportar más problemas que beneficios. Algunos de los ejercicios en el entrenamiento de suelo pélvico y abdomen son de difícil ejecución técnica y antes de aventurarse a realizarlos en solitario, siguiendo algún simple tutorial o video, conviene asegurarse de que se ha aprendido a realizarlos de forma correcta previamente.
Según el centro médico y deportivo BeOne Center, “Durante estos periodos no se debe renunciar a la actividad física, pero sí es imprescindible adaptar el ejercicio a las diferentes fases del proceso de gestación y de la recuperación postparto, con el objetivo de prevenir el debilitamiento de la musculatura del complejo abdómino-lumbo-pélvico y su posterior recuperación funcional y adaptación a una actividad física futura plena”
Por otro lado, en esta etapa el ejercicio permite estar en contacto con otras futuras madres y con personas con necesidades similares. El entrenamiento de suelo pélvico no solo está recomendado para personas con problemas o para futuras y recientes madres. Se trata también de un ejercicio de prevención de dolencias y disfunciones que son de manifestación común tanto en hombres como mujeres como pueden ser incontinencia urinaria, incontinencia fecal, prolapsos viscerales, síndrome de pesadez vulvar o descenso perineal, estreñimiento o prostatitis.
También es recomendable realizar una entrevista con el fisioterapeuta o entrenador personal, para que esté totalmente al tanto de nuestras necesidades y situación personal y pueda adaptar y personalizar para nosotros los ejercicios y la intensidad de los mismos.